Cómo mejorar la concentración en casa.


Mirada Infantil 


¿Cuántas veces has dicho o pensado la siguiente frase?


"No se concentra, cualquier cosa lo distrae..."



Esta es una de las frases que más estoy escuchando este último trimestre y es que muchos niños y niñas tienen dificultades para mantener la atención, y se les etiqueta como "distraídos", "despistados" o "rebeldes", o aún peor, pasamos al diagnóstico para que la etiqueta quede fija y no se caiga. Obviando cuestiones básicas de su desarrollo, que tenemos que atender de una forma diferente para conseguir una mayor atención.


Cambiar el "no se concentra, se distrae con todo..." donde recae toda la culpa en el niño/niña, por un "¿qué puedo hacer para mantener su atención", como adulto responsable, es la clave principal.


¿Realmente tu hijo o hija tiene problemas de concentración, o es el entorno el que no está diseñado para que pueda aprender mejor?


No es falta de interés, es falta de adaptación. Es falta de estrategias y de seguir haciendo aquello que no funciona. Es hora de pensar en el que debes o puedes cambiar.


El sistema tradicional exige que todos los niños y niñas aprendan igual, sentados largas horas, sin movimiento, memorizando información que muchas veces no se conecta con su mundo ni con sus intereses.


No podemos olvidar que si no hay motivación, el cerebro se desconectará de esa actividad o tarea.

  • Si el ambiente está lleno de distracciones, su atención se dispersará. 

  • Si siente presión, comparaciones o castigos, su concentración se bloqueará. 

Por el contrario, cuando el aprendizaje se adapta a sus necesidades, ritmos y estilos de aprendizaje, la concentración mejora de forma natural. 

 
Pero si has leído alguno de mis artículos anteriores, sabrás que no quiero que esto se convierta en un texto cargado de teoría, por ello quiero hacerte reflexionar, hay dos situaciones muy comunes, y con ello no quiero que te sientas culpable, simplemente que valores si es posible reestructurar de alguna forma las rutinas diarias. 

  1. Llegan del colegio, y queremos que hagan los deberes en ese preciso momento. 

  2. Después del colegio, tienen otras actividades, y queremos que hagan los deberes antes de cenar. 

¿Te sientes reflejada en alguna de las dos afirmaciones anteriores?


Aquí juegan un papel muy importante dos aspectos fundamentales, dos necesidades básicas de todo niño o niña: el descanso y el juego. 


Todos  necesitan (necesitamos) descansar, desconectar de lo que llevan haciendo todo el día en el colegio, dejar la presión, la obligación y el control, y jugar. Un juego libre, donde puedan hacer lo que les apetezca, lo que les guste, disfrutar de su momento, de su movimiento, sin hacerles creer que están perdiendo el tiempo.


Desconecta, juega y vuelve a las tareas con amabilidad y comprensión. 


Pruébalo y me cuentas, qué tal te ha ido. 



Además, te dejo a continuación CINCO ESTRATEGIAS PARA MEJORAR LA CONCENTRACIÓN EN CASA, y evitar acabar gritando o enfadada.


  1. Espacios libres de distracciones. 

Evitar conflictos es más fácil de lo que parece, pero queremos que sean ellos los que piensen en la solución y aquí está el error. 

Prepara tú el espacio. Apaga la televisión, quita de la mesa los juguetes, no te pongas ha escuchar vídeos de redes sociales desde donde te escuche, etc.

  1. Estudio por bloques. 

Estructurar los deberes o las páginas a estudiar por bloques, e ir descansando entre bloque y bloque. 

No, no le des el móvil durante 5 minutos entre bloque y bloque, pero sí, cambia la dinámica, hacer un esquema de lo que ha aprendido en ese tiempo, un dibujo o incluso jugar. Puedes aprovechar estos momentos para comer algo o simplemente hablar juntos.

A nosotros nos funciona genial, el juego, "hoy enseño yo". Consiste en hacerte pasar por el profesor o profesora, y explicar la lección. Lo más divertido del juego, es que tú también participes y te conviertas en el/la profe.

  1. Haz lo mismo con los deberes. La clave esta en la estrategia.

En lugar de decirle "tienes que hacer los ejercicios de naturales y matemáticas" o "tienes que hacer 6 ejercicios", prueba con: "vamos a hacer estos dos ejercicios primero y luego seguimos con los siguientes, ¿te parece?".

Cuando el estudio se convierte en un reto factible para ellos, la motivación aumenta. 

  1. Herramientas visuales para organizar el trabajo y la información. 

Los niños y niñas aprenden mejor cuando la información se presenta de manera visual y atractiva, y aquí los libros de texto no ayudan, por ello, enseñarlos a hacer esquemas, dibujos, lluvias de ideas utilizando colores, les será más fácil recordarlo.

Mamá, papá, profes, no pretendáis que estén perfectos y que los hagan solos. Copiar el texto completo de la pagina no es resumir y aprender sin enseñar, es muy difícil. Hacer juntos los primeros esquemas y aprenderá hacerlos mejor.

  1. Presencia y acompañamiento. 

Los niños necesitan sentirse seguros, y actualmente, cada vez es más fácil encontrar niños que tienen miedo a fallar y equivocarse, dejando de hacer preguntas o incluso decir las respuestas, por miedo a no acertar. 

Estar presente, significa buscar juntos la solución, la mejor forma de aprender.

Enseñando con nuestro ejemplo, que equivocarse es parte del día a día.

Dejando atrás los juicios constantes, las comparaciones y los gritos, que lo único que provocan es que esa noche te llenes de remordimientos y culpa.


Si te animas a probar alguna de las técnicas anteriores y quieres comentarme cómo ha ido o necesitas una guía para sentirse más segura en este inicio del camino, escríbeme, sin ningún compromiso. 

Raquel Pérez 


Puedo ayudarte a mejorar la forma de acompañar a tus hijos e hijas, a través de mis clases de refuerzo educativo, que junto a las asesorías familiares, están diseñadas para que cada niño y niña aprenda a su ritmo, sin presión y con técnicas que realmente le ayudarán a mejorar su concentración y rendimiento. 


Si quieres saber más, escríbeme y diseñamos juntas un plan adaptado a tu hijo/hija.


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